Educar es lo mismo que poner un motor a una barca, hay que medir, pensar, equilibrar, y poner todo en marcha. Pero para eso, uno tiene que llevar en el alma un poco de marino, un poco de pirata, un poco de poeta, y un kilo y medio de paciencia concentrada. Pero es consolador soñar, mientras uno trabaja, que esa barca, ese niño, esa niña, irá muy lejos por el agua. Soñar que ese navío llevará nuestra carga de palabras hacia puertos distantes, hacia islas lejanas. Gabriel Celaya

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sábado, 4 de junio de 2022

ACAMPADA NOCTURNA

 Pues llegó uno de los días más esperados por tod@s. El día de la acampada nocturna. Una maravillosa experiencia que nos ha hecho más mayores y nos ha enriquecido. Además de que ha servido para ver que podemos convivir de maravilla.

A las 7 en punto, ya estaban los niños y las niñas con sus familias en la puerta del colegio. Pasamos al comedor donde dejaron sus mochilas con la cena y luego, papis y mamis les ayudaron a llevar sus bártulos al pabellón. Finalmente no hicieron falta las esterillas, pues había colchonetas para tod@s. Eso sí, compartiéndolas.

Hicimos la presentación de las mascotas y organizamos los sacos y mochilas para que cuando fuera la hora de dormir estuviera todo dispuesto.

Y nos fuimos a jugar a las pistas de los mayores.

Hicimos un divertido juego con globo, propuesto por Iván, el hijo de Mónica, que también nos acompañaba, junto con su hija Valle.

Y por supuesto... ensayamos nuestro baile.

Y sin darnos cuenta llegó la hora de la cena... ¡Qué cosas más ricas llevaban tod@s!

Teníamos previsto más juegos nocturnos, pero todo el mundo estaba deseando ir a sus sacos por los que volvimos al pabellón y nos preparamos con los pijamas y el aseo nocturno.

Un cuento ("A qué sabe la Luna", que nos encanta) y una nana cantada por Mónica nos ayudaron a relajarnos. Los sacos como que nos sobraban en una noche calurosa, y poco a poco fuimos quedándonos dormid@s.


Tras una noche tranquila y sin sobresaltos, algún gemido, alguna conversación nocturna, con los primeros rayos del sol empezamos a amanecer. 

Contentos y extrañados por haber dormido en un lugar diferente. Y muy felices por haber compartido el tiempo y el espacio con l@s amig@s.


Recogimos los sacos... Bufff. ¡Qué difíciles algunos!, nos vestimos, nos lavamos y peinamos y enseguida llegó el rico chocolate con churros.


Juegos con el paracaídas... y dieron las diez...

Un año más, una acampada PERFECTA.

Mil gracias a María H., Isabel y Reme por ayudarnos a cumplir nuestro sueño y que estos niños y niñas hayan tenido una experiencia inolvidable.


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