Educar es lo mismo que poner un motor a una barca, hay que medir, pensar, equilibrar, y poner todo en marcha. Pero para eso, uno tiene que llevar en el alma un poco de marino, un poco de pirata, un poco de poeta, y un kilo y medio de paciencia concentrada. Pero es consolador soñar, mientras uno trabaja, que esa barca, ese niño, esa niña, irá muy lejos por el agua. Soñar que ese navío llevará nuestra carga de palabras hacia puertos distantes, hacia islas lejanas. Gabriel Celaya

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viernes, 1 de junio de 2018

CANTARRANAS

Nuestra excursión de fin de curso fue a la finca Cantarranas, a pocos kilómetros de Cáceres.
Nos sirvió para poner en conocimiento lo que habíamos aprendido en el proyecto del Mago de Oz sobre los animales domésticos y sobre los cultivos. Y para ver cómo era eso dejar de ser recolectores y cazadores, porque se habían convertido en agricultores y ganaderos, como estamos estudiando en el proyecto de La Prehistoria.
El día salió muy nublado, pero como no hacía frío, resultó mucho mejor y pudimos disfrutar de los tres talleres y el juego que hicimos.
Nos dividieron en tres grupos y cada uno hacía una actividad. Las fotos que veis son las de mi grupo.
 En el grupo en el que iba Concha comenzaron reciclando (que bien, el reciclaje también lo habíamos estudiado en el anterior proyecto) un tubo de cartón de papel higiénico e hicimos un dinosaurio. Primero lo cortamos y luego lo pintamos de verde.
Al terminar de hacerlo nos encaminamos a unas extrañas construcciones de madera. Nos subimos todo lo que nos permitió nuestro propio miedo.
Luego fuimos a ver los animales y eso... nos emocionó.
gallinas, patos, conejos, ponies... y hasta una bonita cabrita.
Vimos el gallinero donde había una gallina clueca que estaba empollando los huevos. Y dimos de comer con nuestras manos a muchos animales.
Luego fuimos a lavarnos pues tocaba la hora de la merienda ¡Qué hambre da el campo!
y al terminar aún nos quedaba el taller del huerto, donde fuimos a sembrar.
Quitamos piedras e hicimos los surcos y plantamos unas pequeñas plantitas de tomates...
 y probamos lechuga con aceite y judías verdes crudas, y cebollino...

uhmmm... 


los que se atrevieron...
Que rico supo.
La mañana también nos dio para montarnos en los columpios que hay en la finca.


Terminamos con un juego en el que teníamos que buscar los colores de la naturaleza, y pegarlos en un mural que nos trajimos al cole, junto con nuestros dinosaurios.
 Fue un día intenso y muy muy divertido.



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