Una de las cosas que hemos aprendido en ese proyecto es que las abejas vuelan de una forma especial para comunicarse. Pueden hacerlo en círculos y también en forma de ocho. Así pueden avisar a sus compañeras del sitio exacto donde hay comida.
En clase de psicomotricidad hemos dibujado un ocho en la alfombra y hemos realizado "una complicada danza" que simulaba el vuelo del moscardón. Y aprendimos también que esta música del autor ruso Rimski Korsakov era la que mejor le venía para emprender el vuelo.
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