Educar es lo mismo que poner un motor a una barca, hay que medir, pensar, equilibrar, y poner todo en marcha. Pero para eso, uno tiene que llevar en el alma un poco de marino, un poco de pirata, un poco de poeta, y un kilo y medio de paciencia concentrada. Pero es consolador soñar, mientras uno trabaja, que esa barca, ese niño, esa niña, irá muy lejos por el agua. Soñar que ese navío llevará nuestra carga de palabras hacia puertos distantes, hacia islas lejanas. Gabriel Celaya

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jueves, 20 de diciembre de 2018

ÚLTIMA SALIDA DEL AÑO: LLEVAMOS LA CARTA A LOS REYES MAGOS Y VISITAMOS BELENES

El día 19 de diciembre, habíamos decidido que fuese la fecha para salir por última vez en este año 2018. Iríamos a correos para echar la carta a los Reyes Magos y al terminar, nuestro autobús de confianza nos llevaría hasta Galarza para visitar los belenes de la ciudad monumental.
Bien temprano, un día de niebla, salimos del colegio hacia correos. Muchas mamis y papis nos acompañaban.


Posando ante la oficina de correos
El primer lugar que visitamos fue el palacio de los Golfines de abajo, donde había una muestra de belenes de Europa. Teniendo en cuenta que vamos a viajar por el mundo, ha sido una buena idea venir aquí.

Luego visitamos la antigua iglesia de la Preciosa Sangre, donde había un belén de los cliks de Playmóbil.
De allí fuimos al palacio de Carvajal, donde está uno de los belenes más tradicionales de Cáceres, el belén de la diputación (cuando Concha era pequeña lo ponían en el hospital de la Virgen de la Montaña y había grandes colas para ir a verlo). 
Al terminar aquí, tomamos nuestra merienda en el patio, fuimos al baño y disfrutamos de los jardines del palacio.

Como aún era temprano, visitamos el belén de los hermanos de la Cruz Blanca, en la calle de la Manga.

De allí fuimos a nuestra bonita Plaza Mayor. Nos hicimos fotos delante de las escaleras del Arco de la Estrella, 
delante del árbol de Navidad...
Y sobre las letras de nuestra ciudad.
Nuestra última parada fue en el belén municipal, en el palacio de la Isla.
Jugamos un rato en los jardines de la Concepción antes de tomar el autobús que nos devolvió al colegio.

Un día entre belenes, reyes y palacios.

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