Educar es lo mismo que poner un motor a una barca, hay que medir, pensar, equilibrar, y poner todo en marcha. Pero para eso, uno tiene que llevar en el alma un poco de marino, un poco de pirata, un poco de poeta, y un kilo y medio de paciencia concentrada. Pero es consolador soñar, mientras uno trabaja, que esa barca, ese niño, esa niña, irá muy lejos por el agua. Soñar que ese navío llevará nuestra carga de palabras hacia puertos distantes, hacia islas lejanas. Gabriel Celaya

SILVERDAWN KIDS FROM HOME (L@s chic@s Alba Plata desde casa)

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miércoles, 7 de febrero de 2018

DESCOMPONEMOS EL 12

Estos niños y niñas tan listos descompusieron el número 12... Madre... que número más grande... pero lo hicieron fenomenal.


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