Tengo que daros una mala noticia. TODOS nuestros gusanos fallecieron en la primera semana de tenerlos, devorados por las fieras hormigas que en estos días primaverales invadieron nuestro aula.
Menos mal que Geni fue previsora y se llevó los suyos a casa.
También en estos días, Adrián nos contaba que él tenía gusanos de seda en su casa y que todos los días les daba de comer.
Preguntando a su mamá, le pedí unos cuantos para la clase, y me dijo que estos estaban ya muy gordos y que pronto harían el capullo.
Gracias a eso esta semana hemos recuperado los gusanos de seda y los introduciremos en nuestra rutina diaria dándoles las ricas hojas de morera que tanto les gustan.
La novedad de verlos, sobre todo los de Adrián, nos ha hecho estar muy contentos. Eso si, no todos se atrevieron a cogerlos.
Eso sí, no nos arriesgaremos a que venga alguna hormiga. Así que los gusanos dormirán cada día fuera de nuestra clase.
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