Y se fue Almina. Casi de puntillas, como era su forma de andar. Callada y escondida en un rincón a veces, riendo y alborotando como la niña que es. Con una familia nueva, que seguro estarán deseosos de su llegada para que vuelva a tener ese brillo en sus ojitos.
No pudimos celebrar tu cumple, pues era en verano y no te pudiste llevar a Papelote, porque íbamos por orden de lista, y tú estabas al final... pero al menos sí que te llevaste todos nuestros besos.
Te deseamos lo mejor en la vida y nunca te olvidaremos.
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