El viernes probamos la carne de membrillo que había hecho la
bisabuela de Ángel.
Primero, Concha y Eva pelaron y trocearon membrillo crudo y
probamos un trocito, pero estaba demasiado “áspero”. Aún así muchos lo terminaron.
Luego cortamos la carne de membrillo y Concha la fue repartiendo
a los niños y niñas de la clase. Algunos no la habían probado nunca, a otros no
les gustaba.
Casi todos la probaron y algunos hasta repitieron, pero
también hubo a quien no le gustó nada de nada.
Al que más le gustó fue a Ángel.
Claro la había hecho su bisabuela.
Claro la había hecho su bisabuela.
Qué de cosas del otoño están aprendiendo, apuesto a que Alejandra fue una de las que no la probó....
ResponderEliminarPasó la punta de la lengua por el membrillo crudo. Fue lo más que hizo.
ResponderEliminarPues yo se de otro que tampoco probaría el membrillo. No creo que a David le gustará...
ResponderEliminarConcha ya has conseguido más que yo en casa cuando le ofrezco la fruta
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