Ha sido una semana muy intensa. Por la mañana, clases con normalidad. Bueno, con la normalidad del fin de curso y de etapa. Con los nervios y tensiones de tener todo ultimado. Pero las tardes también han estado a tope.
Muchas familias se habían ofrecido para ayudar con la graduación. A otras les era imposible venir a echar una mano. Cada quien tiene sus circunstancias.
Pero con la buena voluntad de todo el mundo, trabajando en equipo, con el espíritu que a mí me gusta, se ha hecho un trabajo impecable, organizándolo en tres tardes y con las aportaciones de tod@s.
Mil gracias porque ha quedado todo precioso.
Mañana pondremos el broche de oro a tres años complicados, con pandemia y mascarillas de por medio, pero con la ilusión de haber visto crecer y hacerse mayores a estos niños y niñas.
Estoy feliz, pero a la vez, la tristeza me atenaza el corazón.
Mil gracias de nuevo, POR TODO.
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