Educar es lo mismo que poner un motor a una barca, hay que medir, pensar, equilibrar, y poner todo en marcha. Pero para eso, uno tiene que llevar en el alma un poco de marino, un poco de pirata, un poco de poeta, y un kilo y medio de paciencia concentrada. Pero es consolador soñar, mientras uno trabaja, que esa barca, ese niño, esa niña, irá muy lejos por el agua. Soñar que ese navío llevará nuestra carga de palabras hacia puertos distantes, hacia islas lejanas. Gabriel Celaya

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viernes, 29 de noviembre de 2019

LIBRO VIAJERO. DORAEMON SE VA A CASA DE EMMA

Para que Doraemon se vaya a casa de un niño o de una niña tienen que darse una serie de condiciones.
La más importante es que en el panel de comportamiento NO TENGA NINGUNA CARITA TRISTE. Y por supuesto, que tenga, al menos, tres caritas contentas. Y ya sabéis las normas hasta el momento: NO ME CHUPO LOS DEDOS, NI NADA.
                 ME SIENTO BIEN EN CLASE.
Para conseguir las caritas diarias, hay que portarse bien, ser trabajador/a y aplicarse en lo que nos dicen- No todo el mundo lo consigue.
En la semana de Emma solo hubo buenas vibraciones.
Por lo tanto, se lo llevó.

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