Cristian llevaba varios días comentando que se le movía un diente, y yo siempre le decía "hoy en la merienda se te cae", pero no había manera. Sin embargo, esta mañana me lo enseñó, lo toqué y me lo quedé en la mano. Estaba totalmente suelto. Muy contento se llevó el diente a casa para ponerlo debajo de la almohada.
¡Enhorabuena Cristian!
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