Todos los años, por Navidad, el colegio se llenaba de un rico olor a migas. Había un señor, no sé si era abuelo o tío de un niño, que cada año venía a preparar las migas, que se hacían en colaboración con las familias. La última vez que se hizo fue en 2019, porque aunque había obras, sí que funcionaba el comedor, y tenían sitio para poder prepararlas.
Las familias que vinieron a ayudarnos |
Luego vino la pandemia y ni soñar con llevar comida al colegio.
Este año, con timidez, hemos empezado a retomar la vida prepandemia. Y la AMPA nos ha invitado a un rico chocolate con churros.
Los de tres años fuimos los últimos, ya que nos quedamos un ratito más en el pabellón para ensayar nuestra actuación de mañana.
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