La semana pasada, Isabel la profe de religión nos regaló gusanitos de seda. Es una experiencia que me gusta tener en clase todos los años.
Generalmente guardaba los huevos y los sacaba cuando volvía la época de los gusanos y teníamos para el año siguiente. Pero desde la última vez, con la anterior promoción, no los había tenido.
El primer año estábamos confinados, y no supimos nada de gusanos. El año pasado no se aconsejaba tener seres vivos en el colegio... y este año... Por fin... lo conseguimos.
Isabel nos los dio la semana pasada y eran súper pequeños. Pero con una buena alimentación basada en hojas de morera, hemos conseguido que crezcan lo suficiente para poder cogerlos un poquito...
aunque hubo quien no resistió la aprensión que le daba hacerlo.
En vacaciones se irán a casa de dos niños de la clase y seguro que cuando volvamos ya no los conocemos, de lo grandes que van a estar.
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